Y aquí me encuentro yo, describiendo lo básico para que veas lo poco que se y no te conviertas en un fanático. Y aquí me encuentro yo; rompiendo con lo típico, tratando de verle a lo físico aquel lado mágico.

La belleza.

Ella era fea y lo sabia. Por eso vivía en sitios apartados de la ciudad, en matorrales sombríos sin hablar con nadie, siempre solitaria, siempre triste. Ella que en realidad gustaba de la compañía de los demás y tenia un carácter alegre, solo se atrevía a salir de noche, y si oía pasos rápidamente se escondía donde pudiese.
Un día encontro una esfera hispida, ese tremendo alfiletero, pensó que era un animal pero en lugar de rociarlo con agua o echarle humo (como decia en los libros de zoologia) tomo una sarta de perlas, un racimo de uvas de cristal, piedras preciosas, cascabeles, dos o tres lentejuelas, varias luciérnagas, un dije de oro, flores de nacar y de terciopelo, mariposas artificiales, un coral, una pluma y un botón; y los fue enhebrando sobre su ropa y cuerpo hasta transformar aquella criatura desagradable en un animal fabuloso.
Todos acudieron a contemplarlo. Según quien lo mirase, se asemejaba a la corona de un gran rey, o si las luciérnagas se encendían, el final de una góndola empabezada, o si lo miraba una mirada envidiosa, un bufón.
Ella escuchaba las voces, las exclamaciones, los aplausos y lloraba de felicidad. Pero no se atrevía a moverse por temor a que se le desprendiese aquel ropaje. Así que permaneció durante todo el verano. Cuando llegaron los primeros fríos había muerto de hambre y sed. PERO SEGUÍA HERMOSA.

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